“La casualidad nos da casi siempre lo que nunca se nos hubiere ocurrido pedir.“ (Alphonse De Lamartine, político y escritor francés). Nunca mejor planteada esta frase para contarles (y demostrarles) cómo la vida siempre nos llena de sorpresas y nos devuelve lo bueno que se dá.
Trabajando juntos en la revalorización de Campo Norte en Av. Viamonte y Bolivia, nos encontramos con un lugar descuidado y con poca vida. Pero eso no importa, porque nosotros ya nos habíamos propuesto mejorarlo. Gracias a Ale (@yoamotuc), que días anteriores a la acción fue a hacer un “relevamiento” del lugar, nos pusimos a organizar y a listar todo lo que se tenía que hacer: levantar basura, plantar árboles, pintar el cordón de la vereda y un paso cebra en las esquinas, colgar carteles de concientización, revalorizar a través de un mural una pared decandente y sombría… y pasarla bien: estar juntos, trabajando en equipo y notar lo diferente que iba quedando el lugar después de unos pocos minutos de labor.
Y así, entre música, risas, chicos que jugaban a “hermosear” el lugar, personas poniéndose (literal) la camiseta, empezaron a aparecer las sorpresas. Primero llegó Lourdes, una chica que siguió nuestra propuesta en redes y nos trajo pequeñas “Patas de Cabra”, un árbol hermoso de flores blancas característico de nuestras veredas tucumanas. ¿Lo habíamos planeado? No, para nada. Pero la recibimos súper felices y ella se unió a nuestro grupo. Así también comenzaron a aparecer otros ciudadanos curiosos por lo que estábamos haciendo.
Ya terminando la jornada y con muuuchas bolsas por la basura recolectada, teníamos que organizar cómo y dónde íbamos a dejarlas. La verdad que contábamos con nuestros propios medios, como autos, y era un tema no menor ver qué hacíamos con eso. Y sí, así como ven en el video, apareció este camión: de la nada. Y se ofreció muy amablemente a estacionar cerca para que podamos tirar los residuos.
Quizás parezca algo simple, o de “pura casualidad”. Pero para nosotros realmente fue algo ENORME. Estamos convencidos que cada acción tiene una reacción. La energía y motivación que ese día nos unió, a pesar del calor, a pesar de que podríamos haber estado haciendo otra cosa un sábado, fue lo que hizo que nos pasaran estas cosas.
Por eso, mantenemos la esperanza y la convicción de continuar con este tipo de acciones para plantar esa semilla, chiquitita todavía, pero significativa. Las cosas buenas le pasan a la gente buena, eso de seguro. Y creemos que todos los tucumanos somos ciudadanos que nos merecemos cosas mucho mejores de las que nos toca vivir. Es cuestión de tomar conciencia y unirnos.