Esta fue la primera actividad comunitaria en espacio público que hicimos con Meta Tucumán. Le llamamos el 14N y consistía en presentarnos con la mayor cantidad posible de voluntarios en el parque Miguel Lillo, en Lomas de Tafí, para concientizar a otros ciudadanos sobre el cuidado del espacio público, específicamente concientizarlos sobre el tratamiento de la basura en ese parque.

Descripción del Objetivo.

El parque Miguel Lillo es un hermoso espacio público con buena infraestructura, arbolado, montado sobre una avenida que lo divide de otro sector del parque. Cuenta con juegos para niños y unas lomitas que invitan a sentarse a tomar mate con amigos o hacer un picnic con la familia.

Lamentablemente, como sucede muy a menudo con el espacio público en Tucumán, cual copos de nieve, miles de residuos de distinto tipo, pero principalmente plásticos, lo cubrían en toda su extensión. Llamaba la atención ver a grupos de personas colocar manteles y empezar a tomar mates y comer criollitas sentados alrededor de tantos residuos desperdigados. Indiferentes a tanta basura en el espacio público. La inmundicia era parte del paisaje.

Preparación de la Actividad.

Preparamos la actividad con mucho esmero. Le dedicamos seis (6) reuniones de diseño, estudio de impacto, guionado, asignación de roles y luego convocatoria de voluntarios. El fin de semana anterior a la fecha de la intervención fuimos con varios miembros del Board a analizar el área para tomar mejores decisiones. Nos sirvió muchísimo, puesto que tras observar in situ la dinámica del parque, cambiamos el orden de realización de la intervención. Antes de ese análisis queríamos primero LIMPIAR el parque (dando el ejemplo), luego ENCUESTAR y al finalizar INVITAR a la gente a sumarse a META TUCUMAN.

Algo estaba mal en ese esquema, por lo que decidimos volver a nuestros principios (siempre tenemos que repensar las acciones filosófica y teleológicamente). Decidimos priorizar la filosofía de META. No nos sumamos a META para limpiar parques ni canales, porque al día siguiente simplemente volverían a estar sucios: Nos sumamos a META para cambiar la forma de pensar de la gente, para generar una transformación cultural.

Así que, repensando, alteramos el orden de acción: Primero ENCUESTARIAMOS (de esa forma pondríamos a la gente en la posición de contestar cómo se comportaba ante el medio ambiente, cómo trataba la basura, si se llevaba los residuos a su casa en lugar de dejarlos en el parque, cómo reaccionaba cuando alguien tiraba un papel a la calle, etc), luego de efectuada la encuesta les contaríamos quiénes somos y nuestras ideas, les diríamos que en un horario determinado LIMPIARIAMOS el parque todos juntos, y que LOS INVITABAMOS A LIMPIAR CON NOSOTROS, ya sea sólo el área donde estaban mateando o haciendo el picnic (para lo cual les dejábamos una bolsa de papel madera reciclable), o a sumarse a limpiar todo el parque. En todos los casos les pondríamos a disposición guantes descartables.

El día de la Intervención.

Durante toda la semana el pronóstico anunciaba lo peor: El sábado y domingo habría tormentas eléctricas. La actividad probablemente debería suspenderse. Decidimos esperar hasta el mediodía del sábado para tomar una decisión.

Al mediodía del sábado, los voluntarios impacientes empezaron a preguntar si la actividad se realizaría. El clima estaba muy inestable y no sabíamos si llovería o siquiera si habría gente en el parque, lo que era esencial para la actividad. Aprendimos algo ese día: La actividad no debe suspenderse. Debe llevarse adelante como está previsto y que lo que la suspenda sea in situ la propia imposibilidad climática o de cualquier tipo. Lo que se pactó y se acordó se respeta. Dimos luz verde con la actividad y pedimos respetar el horario de convocatoria: 1730.

Mientras nos trasladábamos al lugar (sólo dos de los más de treinta voluntarios vivían en Lomas de Tafí) a muchos nos embargaron dudas, pesimismo o incomprensión. ¿Porqué estábamos haciendo esta locura? ¿Ir a limpiar un parque que otros tucumanos sin educación ensuciaron? ¿Un parque que ni siquiera uso? No podíamos evitar sentirnos un poco ingenuos, tontos o soñadores. Sin embargo, cuando fuimos llegando al lugar y encontrándonos con otros ingenuos, tontos y soñadores, esos sentimientos negativos rápidamente se fueron diluyendo.

Los voluntarios fueron muy puntuales. Casi el 70% del personal (terminamos siendo unas 35 personas) ya estaba en el lugar a la hora indicada. Había adultos, jóvenes y niños. Familias enteras en algunos casos.

Repartimos gorras, barbijos y remeras con el logo de Meta Tucumán y dimos las instrucciones de la actividad que ya venían siendo compartidas en la herramienta digital de comunicación interna. También todos ya tenían acceso a la encuesta digital. Dimos un par de consejos respecto a cómo filmar al encuestador y al encuestado, designamos personas que filmarían el backstage de las entrevistas y en ese momento arribó un elemento técnico que nos tomó por sorpresa y valoramos mucho: Uno de los miembros del Grupo Tecnología llegó al parque con un Dron que tomaría capturas aéreas del evento: Un lujo.

Nos miramos entre todos, aun un poco escépticos de nosotros mismos y la locura que estábamos por hacer, pero con mucha convicción en la IDEA que nos convocaba y mucha esperanza en que la gente se sumaría a la iniciativa. Alguien dijo “A dar el ejemplo, gente”, y todo el mundo salió a encuestar.

Las reacciones de los desconocidos son realmente muy valiosas y aprendemos mucho con cada interacción. Más de diez parejas encuestaron casi a treinta personas en el parque y recopilaron muchísimas frases y pensamientos de tucumanos al azar. Todo quedó capturado en crudo, listo para ser enviado a los editores para que hagan un gran video con esos comentarios.

Uno de los miembros de META llegó al lugar con bolsitas de semillas y plantines para regalar a los encuestados. Todos devolvían una sonrisa, nos escuchaban atentos cuando les entregábamos las bolsas para que se lleven sus residuos, y con gran predisposición recibían nuestra INVITACION a ayudarnos en la hora señalada a limpiar su sector o todo el parque.

Durante media hora llevamos adelante todas las encuestas. Nos reunimos de nuevo todos en el lugar de encuentro y mientras hacíamos los preparativos para la segunda etapa, la de la limpieza, empezamos a darnos cuenta de lo que YA ESTABA SUCEDIENDO: Antes que siquiera pusiéramos el gran tacho naranja en el centro del parque y empezáramos los voluntarios de META a limpiar, las personas que habíamos encuestado e invitado a sumarse… YA ESTABAN LIMPIANDO sus distintos sectores. Alguien gritó: “¡Miren! ¡La gente está limpiando!” y se nos inundó el corazón de satisfacción y alegría.

Rapidísimo colocamos el tacho naranja en el medio del parque, nos miramos y dimos la orden de salir todos juntos a limpiar por todos los sectores. Pusimos el dron justo arriba del tacho, que registraba como unas treinta personas con remeras blancas empezaban a limpiar el parque, y otras tantas vestidas con otros colores se sumaban a ayudarnos.

En menos de media hora limpiamos todo el sector. Mientras recogíamos los residuos, emocionaba darse vuelta y ver a completos desconocidos, niños, padres, parejas, familias, agachándose a recoger y limpiar codo a codo con nosotros. Simplemente ver a alguna persona acercarse y pedir los guantes para sumarse a la faena nos inflaba el pecho de orgullo por nuestra gente.

Esas personas no sabían qué era Meta Tucumán, no habían participado de ningún zoom, no leyeron nuestros objetivos, ni nuestra Misión y Visión. Eran tucumanos que simplemente vieron a otros tucumanos hacer algo bueno para todos, y entendieron que era algo importante dejar de hacer lo que estaban haciendo y dedicar tiempo a ayudarnos. Vimos en acción un primer bosquejo de COMUNIDAD.

Cuando terminamos de limpiar nos reunimos en torno al tacho naranja completamente repleto de bolsas de basura. Lo que más recogimos fueron cucharitas y vasitos de helados (hay una heladería al frente del parque), paquetes de cigarrillos, papeles y botellas de plástico. Acordamos llevarnos cada uno una bolsa de basura y acercarla a un punto de recolección. Sacamos finalmente el tacho y miramos el parque en su nuevo estado: Nada que envidiarle a cualquier parque de los países europeos, ahora el paisaje era simplemente una verdadera invitación a disfrutarlo.

Tuvimos por supuesto nuestro tercer tiempo: Nos tomamos unas gaseosas y cervezas y sonreímos llenos de felicidad disfrutando compartir esos momentos con los ingenuos y soñadores. Estábamos felices, no sólo porque habíamos hecho algo muy bueno por Tucumán, sino porque nos habíamos demostrado a nosotros mismos que estábamos en el camino adecuado, que el diagnóstico que hicimos es preciso, que el flagelo que sufrimos tiene cura, y confirmamos cuál es la solución: Tenemos que desatar una epidemia social. Tenemos que contagiar a todos el virus de la transformación cultural de Tucumán.